viernes, 13 de marzo de 2009

Y seguimos hablando de las elecciones !!!!

Bueno, no quisiera inaugurar el blog hablando de un tema tan trillado como son las elecciones políticas de este próximo 15 de Marzo, porque tooodo el mundo ha hablado hasta el cansancio de lo mismo y no quisiera seguir con eso.

pero si quisiera tocar el tema de la violencia que estas elecciones han desatado, que han dejado a la luz los agujeros negros y las profundas divisiones, el irrespeto y la falta de valor que le hemos dado a la vida de otros, justificando nuestros actos y dándonos la potestad para herir y agredir a aquel que sea contrario a nuestras ideas cobijados bajo esa premisa.

La política para mi tiene un mérito y un lugar muy importante en todas las sociedades que se dicen democráticas. Como periodista, me encuentro en una posicion privilegiada para analizar estos fenómenos, me encanta la política exterior y he tenido la oportunidad de ver este fenómeno desde otro nivel, el del primer mundo como es España.

No tengo tendencia política la verdad, pero hace unos dias me topé con el blog de una persona que hacía mención a los pasados actos violentos entre el FMLN y ARENA y, aunque me pareció muy buena la aportación de ideas que hizo, me parece que representa la tendencia que tienen la mayoría de los salvadoreños ante la política interna: personas pesimistas y cansadas ante los problemas del país, personas que entendemos un poco mejor las cosas, pero que no buscamos alternativas viables para llegar a una solución.

A juicio de su servidora, la violencia no es justificable en ningún tipo de casos, para mí, es inconcebible que un ser humano mate (o agreda fisica o emocionalmente) a otro simplemente por llevar ideas contrarias a las tuyas.

Porque para eso tenemos la libertad de expresión, que lastimosamente en nuestros países de América Latina, es una falacia porque carecemos de ella, sin embargo, tengo que aclarar una cosas, El Salvador pertenece al grupo de países tercermundistas, donde cuestiones como la democracia y la libertad de expresión son un mito; y donde los individuos no han encontrado otra forma de expresarse que no sea por medio de la violencia.

Y no quiero que me malinterpreten, la violencia no es justificable desde NINGUN punto de vista; y menos si se trata de imponer tus ideas, porque entonces no respetas la individualidad de la persona y menos los respetas como seres humanos.

Sin embargo, creo que debemos detenernos un poco y debemos analizar los orígenes de esa violencia, y esta se encuentra profundamente ligada con la opresión y la falta de libertades que sufren las clases más bajas y marginadas de nuestra sociedad, o mejor dicho la falta de oidos que escuchen lo que se tiene que decir, siempre y cuando se haga con respeto.

Mi compañero manifestaba en su blog que él no cree en la democracia, porque para él esta es una imposición de las mayorías sobre las minorías. Y aunque me parece respetable ese argumento, creo que es justo recordar que, desgraciadamente, en nuestro continente americano no hemos podido alcanzar una verdadera democracia, esta se utliza como pantalla para disfrazar otras cuestiones como el autoritarismo e incluso los regímenes dictatoriales.

Otro punto que quisiera tocar, y que es un argumento válido, es que los funcionarios públicos (entiéndase por estos desde el presidente hasta sus ministros), solo te buscan en tiempos de elecciones y creo que eso contribuye enormemente a la inconformidad y resentimiento que sufre la mayoría de la población; ya que una vez pasadas las elecciones se olvidan de tí y no te escuchan, no dejando otro camino a las masas que hacerse escuchar a palos y piedras, degenerando en la violencia de la cual ya estamos todos hartos.

Asimismo, me parece interesante escuchar que la mayoría de las personas se platean la posibilidad de emigrar si las cosas no cambian, para mi esa solución es temporal y creo que si todos huimos y les dejamos el país a personas que no comprenden a profundidad el fenómeno estaremos haciendo mas mal que bien.

Quizás peco de optimista, pero creo que está en nuestras manos, los que conocemos y entendemos como funcionan las cosas, los que debemos promover el cambio, educando a las personas para que algún día podamos tener un debate o un encuentro político excento de violencia como sucede en los países de primer mundo como España.

Porque la la violencia solo genera violencia y ha sido la causante de los grandes crímenes de la humanidad, como el holocausto judio durante la Segunda Guerra Mundial, entre otros.

Asimismo, me repugna ver a los políticos, catedráticos universitarios, profesionales entre otros que no ven otra manera de solucionar las cosas sin llegar a la violencia, y lo que es peor: que la justifiquen de manera tan descarada como se hace en las aulas universitarias y en otros lugares; que en lugar de frenar el problema lo aumentan mas, exponiendo a los futuros profesionales (y preparádolos) a continuar la ola de violencia que hemos vistos en estos últimos meses.

Amo a mi país por lo cual tengo fe en él, pero me entristece ver como nos hemos degradado como seres humanos, justificando ataques y muertes porque no puedo expresar mi opinión de otra manera y porque hemos perdido lo mas básico del ser humano: el respeto y la tolerancia hacia nuestros contrarios.

Sin embargo, no he perdido la fe del todo, y se que llegará el día en el que en El Salvador podamos ver un debate en el ambito político, donde va a imperar el respeto como sucede en España y otros países europeos y eso solo va a lograrse si nosotros, los que tenemos una mente ms abierta que acepta y respeta a sus contrarios, nos damos a la tarea de educar a los demas.

Se que no somos España ni ningún otro país europeo, y que estamos a años luz de alcanzar una sociedad democratizada como la tienen ellos, pero tambien creo que nunca es tarde para comenzar a cambiar, pero primero que nada tenemos que entender el problema de raíz y buscarle la mejor solución posible, para que nuestra frágil democracia deje los pañales y lo que es mas importante: la violencia y el irrespeto y todos tengamos el país que queremos y merecemos.

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